Tres pasos hacia el bienestar financiero desde los veinte hasta los sesenta

Consejos para mejorar sus finanzas a cualquier edad.

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En sus veinte

1. Comience a ahorrar. Conforme su carrera tome impulso, no olvide consultar el plan de jubilación o pensión que le ofrece su empleador. Aproveche los aportes patronales que le ofrezca su empleador. Incluso si su empleo no le ofrece pensión laboral, puede ahorrar con un plan personal para su jubilación. Ambas formas de ahorro pueden tener ventajas fiscales. A fin de alcanzar las metas de ahorro para su jubilación, debería buscar hacer aportes adicionales a los obligatorios, ya que la combinación de los programas de jubilación que ofrecen el gobierno y su empresa podría no llegar a reemplazar suficientes ingresos durante su jubilación.

2. Endéudese de la manera correcta. En sus veinte, muchas personas tienen dos tipos de deudas: tarjetas de crédito y préstamos estudiantiles. Si ya cuenta con un plan y entiende sus opciones de pago, esos tipos de deudas no deberían hacerle perder el rumbo. Consulte opciones de refinanciación de sus préstamos estudiantiles e intente usar sus tarjetas de crédito solo si puede pagar el saldo completo todos los meses. Si no, intente pagar en efectivo hasta haber desarrollado la disciplina para vivir con lo que gana.

3. Adopte una visión a largo plazo Dele a su dinero la posibilidad de acumularse. Ya sea que esté ahorrando mediante un plan de pensión laboral, un plan de pensión personal o en una cuenta de ahorro individual o de otro tipo, es importante que entienda sus plazos y los riesgos asociados. Revise con regularidad sus ahorros y hable con un profesional que pueda ayudarle a alcanzar sus metas.

En sus treinta

1. Establezca metas para sus ahorros. Tiene muchas metas actuales para las cuales ahorrar. Quizá esté planificando casarse —o pensando en ello—, comprar una casa o formar una familia. Pero es importante sacar el mayor provecho posible de sus ahorros para la jubilación. Saber cuánto dinero necesita ahorrar y esforzarse por alcanzar hitos de ahorro le ayudará a mantener el rumbo.

2. Administre sus deudas y sus emergencias. Si tiene deudas (tarjeta de crédito u otros préstamos), dele prioridad a la deuda que más alta tasa de interés tenga, y pague más que el mínimo para cancelarla antes. Después dele prioridad a la siguiente y así hasta no tener deuda (fuera de la hipoteca, que es probable que le lleve un tiempo pagar). Evite agregar gastos a los que ya necesita cubrir. También debería tener a disposición un “fondo para emergencias” con un monto equivalente a entre tres y seis meses de sus gastos básicos.

3. Ahorre para el futuro. Al igual que durante sus veinte, debería pensar en acumular ahorros para el largo plazo. Debería evaluar sus metas, su tolerancia al riesgo, su situación financiera y sus plazos, y diseñar con un profesional un método que le ayude a alcanzarlas.

En sus cuarenta

1. No es demasiado tarde para comenzar. Durante sus veinte y sus treinta, es posible que haya vivido algunos de los grandes acontecimientos de la vida, como casarse, tener familia y comprar una casa. Es difícil hacer malabares para pagar todas esas prioridades tan costosas y aun así empezar a planificar para algo que parece tan lejano, como su jubilación. Pero nunca es tarde para comenzar a hacerlo. Cuando está en sus cuarenta, todavía le quedan veinte años o más para ahorrar, así que comience en cuanto pueda para darles a sus ahorros tanto tiempo como sea posible para que se acumulen.

2. Proteja lo que tenga. Cerciórese de tener seguro de vida y por discapacidad adecuados. El seguro de vida puede ayudar a su familia a reemplazar los ingresos que deje de recibir y a enfrentar otros gastos si usted fallece de forma repentina. Asimismo, el seguro por discapacidad le ayudará a reemplazar los ingresos que deje de recibir en caso de sufrir una discapacidad.

3. Esté preparado. A esta altura, debería contar con un testamento y con beneficiarios designados para su pensión y sus cuentas de ahorros. También debería contar con instrucciones para disponer de sus otros bienes.

En sus cincuenta

1. Póngase al día con sus ahorros. A partir del año en el que cumpla cincuenta, considere la posibilidad de aumentar o ponerse al día con sus aportes a su plan de ahorro laboral, si se le permite. Es probable que, para seguir gozando de reducciones impositivas, los aportes que pueda hacer a su pensión tengan un límite.

2. Proteja lo que tenga. Cerciórese de tener el nivel adecuado de cobertura de seguro de vida y por discapacidad. Quizá también le convenga comenzar a pensar en ahorrar para cuidado a largo plazo que pueda necesitar a medida que envejezca.

3. Calcule su movimiento de efectivo. ¿Podrá vivir durante su jubilación con los ingresos que tendrá? Revise los gastos y los ingresos que espera tener mientras haya tiempo para hacer cambios. Calcule sus gastos esenciales para vivir y sus gastos discrecionales. A continuación, calcule el ingreso que espera tener, como la pensión de seguro social, pensiones privadas, rentas y retiros de sus ahorros. Después compare sus gastos con sus ingresos y vea cuánto tiempo le durará su dinero.

En sus sesenta

1. Concluya su plan de jubilación. Determine cómo convertirá sus ahorros en un flujo de ingresos, como retiros sistemáticos, solo intereses y dividendos, o sumas al contado periódicas. Considere productos de ingresos garantizados, tales como rentas, para cubrir gastos esenciales durante su jubilación. Asegúrese de haber establecido un porcentaje de retiro sustentable para sus ahorros en relación a su edad jubilatoria y el tiempo que prevé vivir.

2. Repase sus opciones de jubilación. Piense bien cuándo comenzará a cobrar su pensión del estado. Retrasar el comienzo podría aumentar los pagos que recibirá cuando decida pedirla. Consulte los detalles de su pensión estatal que aparecen en los resúmenes que recibe por correo o Internet. Si no los recibe, comuníquese con las autoridades correspondientes.

3. Complete su plan patrimonial. No deje librados al azar sus asuntos financieros. Como mínimo, debería tener un testamento y documentos de poder notarial. Esos documentos permiten a otras personas tomar decisiones sobre su salud o sus asuntos financieros por usted si usted no está en condiciones de hacerlo. Es probable que para ello necesite la ayuda de un asesor legal.

 

 

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